Pasé junto al campo del hombre perezoso,
y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;
Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos,
Ortigas habían ya cubierto su faz,
Y su cerca de piedra estaba ya destruída.
Miré, y lo puse en mi corazón;
Lo ví, y tomé consejo.
Un poco de sueño, cabeceando otro poco,
poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;
Así vendrá como caminante tu necesidad,
Y tu pobreza como hombre armado.
Proverbios 24:30-34